Soy pescador desde que tengo uso de razón, salmonero y enamorado de este pez desde hace más de media vida e integrante de la Asociación de pescadores de las Mestas del Narcea desde hace unos años.
Cuando Don Celestino Pérez y la anterior Junta Directiva tomó la determinación de dar por terminada su labor al frente de esta sociedad sentí mucha pena, no solo porque se cerraba un ciclo que había comenzado cargado de ilusión sino porque me aterraba que ese vacío que Tino, José Antonio, Chope, Felipe y compañía dejaban tras de si no fuera capaz de llenarse.
Luego llegó Kike, conocido en la cuenca del Narcea por ser un buen pescador de salmones y sobre todo hijo de una institución del Narcea, Henry, pero sin ningún tipo experiencia previa en Gestión ni organización de una institución como esta que alberga varios centenares de almas y varios miles de euros de presupuesto cada año.
Kike llegó cargado de ideas e ilusiones y pronto se rodeó de un puñado de pescadores cuya única motivación era la de continuar una senda que otros habían empezado y que como a aquellos no movía mas motivación que la de intentar devolverá ese pez y a ese río una parte aunque fuese pequeña de todo lo que durante tantos años nos ha dado.
Al final, tras varios años ese vacío se ha llenado con creces y ha quedado claro que la nueva Directiva de Mestas ha sido digna sucesora de la saliente y ha retomado un camino con la ilusión y fuerza que en su día y durante muchos años movió a otros, con otras ideas, pero un solo sueño, el nuestro, el de todos los que amamos al salmón y al Narcea.
Pues bien, durante los últimos años las Mestas ha vuelto acrecer, hemos ganado socios, hemos vuelto a poner a pleno rendimiento nuestro centro ictiogénico y hemos continuado las labores a pie de río, censos, limpiezas, colocación de casetas, colaboración con la feria del salmón de Cornellana y mucho mas.
Estamos a TOPE y claro eso a algunos les jode, quien no es capaz de crear trata de destruir, requiere menos esfuerzo, porque es más sencillo echar tierra sobre el trabajo de los demás que tratar de edificar y crear su propio éxito.
Eso hace mella, claro, somos humanos y cuando en ocasiones el trabajo no se ve reconocido, o al menos no siempre, o no como debiera surge el desanimo y uno puede plantearse si merece la pena, creo que Si, si que merece la pena, somos muchos y estamos unidos, tenemos la conciencia tranquila y el alma limpia, no buscamos ni ansiamos más que cumplir un sueño por eso quiero dedicar a mi compañeros, a los socios de Las Mestas y en especial a Kike un fragmento de un poema de Mario Benedetti que dice así:
…..”No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños”.
Marcos Pedregal.

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