Si hay algo que he aprendido desde que siendo niño comencé a acercar mis pies por estas aguas que forman ya parte de mi vida, es que la pesca es una historia de hombres y peces.
Hoy las aguas de nuestro querido y amado Narcea lloran la perdida de uno de esos hombres que es ya para siempre historia de nuestra ribera.
Se ha ido «Vaquero» y como tantos otros lo han hecho y otros lo haremos se ha ido, pero tras de si ha dejado un legado de miles de recuerdos e historias, junto a cada piedra, en cada pozo, su historia se ha mezclado con la nuestra y dará aun si cabe mas vida a este hermoso río del que todos formamos parte.
Adiós, Vaquero, amigo, queremos acompañar a tu esposa Maria José y al resto de tu familia y desearte a ti que allí donde estés no te falten salmones y una caña, una vara larga de cebo.
Adiós amigo, sirvan estos versos para recordarte pues ya estás para siempre dentro de nuestro río.
«Ayer mientras pasaba en coche por la orilla de un río como tantos, trate de imaginar las aventuras que yacerían escondidas en la orilla,
las piedras que através de los años habrían sentido el hálito mojado de unos pies que en un momento, por un instante rozaron ese agua eterna, constante, vieja, y sin embargo, siempre nueva.
Cuantas preocupaciones, cuantos miedos, cuantos anhelos se habrían quedado para siempre en esas aguas, ahogados, atrapados en el muro del tiempo,
y cuantas risas, cuantas carcajadas, amortiguadas entre las copas verdes o arrastradas entre el fluir del viento.
Ayer, mientras pasaba, pensé, en tantos ríos, en los que me he quedado dentro.»
DESCANSA EN PAZ
Comments are closed.